La ciencia, al versar sobre la naturaleza y la sociedad,
produce un conocimiento menos sustantivo en la medida en que
aquello que constituye su objeto se encuentra cada vez más devaluado;
tal es el caso de las relaciones individuo-naturaleza.
Según Marx, tuvo razón Vico al distinguir la historia de la humanidad
de la historia de la naturaleza; la primera, dijo, la hemos hecho nosotros,
mientras que la segunda no. Verdad a medias. Esta última también la
hemos hecho nosotros ahí donde comienza la historia nuestra. Por lo
que, no únicamente hacemos historia de la naturaleza cuando actuamos
sobre la misma, sino también cuando respetamos y dejamos a ésta seguir
su propio proyecto de ser, toda vez que aceptamos, junto con
Nietzsche, que “en ella no hay más que necesidades”. En este
sentido, respetar y dejar ser a la naturaleza, significa ya actuar
sobre ella. A decir verdad, no se trata de convertirla en algo
intocable, sino de seguir asimilando las múltiples bondades que, sin pedir nada a cambio ella nos ofrece, al mismo tiempo
que respetamos sus más profundas necesidades. Como dijo
Bacon: en vez de que “los hombres se ocupen en admirar y
celebrar los falsos poderes de la mente, deberían contentarse
con observar a la naturaleza y no de alardear vanamente de
vencerla”.El hecho mismo de actuar o no sobre la naturaleza nos
coloca, paradójicamente, frente a un callejón sin salida; cualquier
solución que adoptemos y sus previsibles e imprevisibles
efectos, tendrá en lo más hondo que ver con nosotros mismos.
¡Somos (quién iba a pensarlo) responsables de lo que se haga o
deje de hacerse con la naturaleza! Sucia y sin identidad, limpia y
con identidad, como quiera que sea, los seres humanos mucho
tendremos que ver en ello.
Lo que nuestra época necesita no es “eternidad” como
pensaba Kierkegaard. Lo que necesitamos, hay que reconocerlo,
es un mínimo de sabiduría presocrática, es decir, volver a reconocer
en el agua, la tierra, el fuego y el aire, los principales elementos constitutivos del ser. Devolvamos a la filosofía su carácter de “ciencia física”,
para de este modo recuperar la physis perdida y el sentido de la misión
que cumplió originalmente la propia filosofía: habilitar al hombre para una comunión con el ser no humano por la vía del
pensamiento.
ESTA MUY BUEN DESARROLOLADO SOLAMENTE REAFIRMO CON MI COMPAÑERO PER EN VERDAD TIENES UNA MUY BUENA INFORMACION Y MUY BUENOS TEMAS.
ResponderBorrarmuchas gracias <3
BorrarPERFECTO SIGUE ASI POR ESO DIGO EXCELENTES ARGUMENTOS
ResponderBorrargracias me motivas a seguir haciendo mas
Borrarmuy buen blog, el tema esta muy bien desarrollado y fácil de entender
ResponderBorrargracias por tu comentario compañero
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